Era un día más, un
día de esos en que la lluvia hace música en los techos de las casas vecinas, el
smog de los autos desaparece con el suave contoneo de la precipitación, dando
paso al dócil aroma de las flores, de la humedad, de ese café que calienta el
cuerpo y espanta el frío a la vez… creo que lo mejor será poner a volar mi
imaginación y escribir, siento esa necesidad súbitamente; me levanto de la
cama, no quiero despertarte, estabas tan cansado, tienes puesta la mitad de tu
ropa pero aun así te ves perfecto, tu
cuerpo me enloquece como cuando te vi por primera vez, no habrá mejor
inspiración que saberte en mi cama.
Son tantas las
ideas que tengo en la cabeza, quiero ordenarlas para empezar a escribir, pasa
el tiempo entre divagaciones y, yo entretenida en el ruido de la lluvia, no he
logrado escribir nada aún sin embargo mi mente ha volado por mil escenas aún
inconexas y que no he plasmado en papel; por fin mis pensamientos han tomado
rumbo, tomo una libreta y lápiz pues prefiero escribir a la antigua, las ideas
fluyen cuando voy sintiendo tu presencia detrás de mí, ya siento tu mirada
inquisitiva y lasciva a la vez y escucho tus pasos acercarse a mí. Traigo
puesta una camisa tuya, esa que es tu favorita y que te acabo de quitar como
trofeo de guerra antes de nuestro primer asalto pasional, conservo el liguero
negro que te vuelve loco, y que traía debajo de mi falda al verte esta misma
tarde, aún no olvido tu mirada recorriendo cada milímetro de mis piernas
mientras te mordías los labios y te contenías las ganas locas de poseerme en
pleno centro comercial, donde pactamos nuestro encuentro, luego escapamos
juntos sin perder más tiempo, dando paso a nuestra pasión hasta hace unas
horas.
Siento que ya estás
detrás de mí, me susurras al oído mientras hueles mi perfume, como me encanta
que lo hagas, besas el lóbulo de mi oído lo recorres con tu lengua, mientras me
dices lo bien que huelo, lo mucho que te gusta mi aroma combinado con tu
perfume en tu camisa, sé que te gusta mi Ángel o Demonio, ese aroma de Givenchi
que lo uso para volverte loco por mí, me susurras lo mucho que te vuelve loco
ver mi silueta sentada, verme de espaldas e imaginarme desnuda; voy sintiendo como
rosa tu barba en mi piel, mis hombros son mi debilidad y tú lo sabes, mientras
acaricias lentamente el canal de mi columna vertebral en un descenso lento pero
a la vez arrollador, por lo que despiertas en mi interior, luego tus dedos
rozan la tela de tu prenda de vestir para regresar a mi cuello pero recorriendo
lentamente mi abdomen y el canal entre mis pechos, logrando que mi cuerpo se
arquee hacia atrás en un intento desesperado y vano por alcanzar tus labios con
los míos.
Masajeas mis
hombros mientras tu camisa va cayendo de mi cuerpo, luego recorres con tu
lengua mis hombros, sí que lo sabes hacer; me muerdes apenas besas mi hombro, tus
caricias hacen que me vaya perdiendo en el tiempo, siento como empiezas a
alterarte, voy recorriéndote con mis manos, tú me despojas completamente de la
poca ropa que traigo, ahora puedes ver mi lencería transparente que revela
todas mis formas, tal como te gusta; te tengo detrás de mí y voy sintiendo el
calor de tu cuerpo, tus manos no dejan de recorrer cada rincón de mí, mientras
disfrutas con tu mirada de como se han erguido mis pechos y los haces presos de
tus caricias, de los suaves pellizcos de tus dedos en mis pezones y finalmente
de esos mordiscos precisos y breves que hacen que de mi boca escapen pequeños
gemidos.
No aguanto más y me
doy la vuelta, mientras tus manos siguen aprisionando mis pechos, me quedo
sentada y tú de pie frente a mí de tal modo que mi cara queda en el lugar
preciso para lo que quiero hacer. Te quito el cinturón lo más lento que puedo,
te abro el cierre suavemente… muero de deseo por hacerlo rápidamente pero
quiero disfrutar cada momento contigo, cada segundo hacerlo eterno y que no se
noten mis nervios ni mi urgencia por poseerte, torpemente tratamos de que tus
pantalones caigan sin dejar de acariciarnos, voy bajando a besos por tu cuerpo,
recorriendo tu abdomen, mientras tus ojos me dicen que puedes sentirme, te
recorro con mis labios, con mi lengua, cada curva, cada entrada y salida de la
perfecta carretera que para mis caricias es tu cuerpo.
Mientras mis besos
te recorren , mis manos intentan sentir sobre tu bóxer como estás para mí y me
dices que quieres explotar de pasión conmigo, acaricio tu virilidad, mmm… que
bien estas y me dices que todo es mío, quiero probarte, quiero sentir con mis
labios la erguidez de tu miembro, me lo voy comiendo de principio a fin, me
encantas, mientras entras y sales de mi boca tu agarras mi cabello fuerte, lo
recoges con tus manos y me empujas hacia ti, comienzo a sentir como tus fluidos
quieren salir pero no es tiempo mi amor, haces lo que tanto me gusta y usas tu
fuerza , me elevas mientras mis piernas rodean tu cintura, que húmeda me tienes
vas entrando en mi dulce y salvajemente mientras llegamos al sofá.
Te encantan mis
ligueros y con solo mirarlos como fiera salvaje comienzas a entrar y salir de
mi con fuerza, tus manos sostienen las mías, mientras abro totalmente mis
piernas para facilitar tu labor y sentirte muy profundamente dentro de mí,
siento tu ritmo incrementarse y no quiero que termines aún, aunque intento zafarme
para que pares no me dejas, tomas el control de todo, poco a poco me vas soltando,
usas tus manos ahora para acariciar mis piernas mientras las contemplas y
acaricias mi ligero con muchas delicadeza, de pronto quieres juguetear y vas
desprendiéndote de mí, con tu lengua y tus dientes me quitas el liguero y las
medias, te ayudas con tus manos mientras con tu boca llegas a mi humedad,
siento tu lengua, tu barba rozando mi clítoris que me hace estallar en pequeños
choques eléctricos que me recorren de punta a punta, y puedo notar como te
estremeces cuando tu lengua me acaricia, en total compenetración con las
reacciones que causas en mí y me haces gemir de placer.
Tu lengua y tus
labios en mi clítoris y mis manos en tus sienes, soy tuya me has rendido ante
tus caricias, te siento extasiado, me tienes loca de placer, me tienes perdida
en ti, nuevamente te incorporas y acaricias mis piernas mientras las unes
despacio y las pones sobre tus hombros, dejas el espacio necesario para entrar en
mí, amor sientes como mi humedad te espera, como estoy ardiendo, sabes lo que
me gusta, entras duro, salvaje, fuerte, te quiero todo dentro.
Vienes hacia mí,
nos besamos mientras dejas caer tu cuerpo en el sofá ahora déjame montarte
mientas tocas mis senos y miras como los tienes, me das de nalgadas mientras jineteo
en ti, me llevas hacia tí y muerdes mis pechos, me sientes, conoces a la perfección
todo lo que me gusta, con tus manos conduces mis movimientos ahora déjame
recostarme sobre ti, sin que salgas de mi déjame moverme de arriba abajo sintiéndote
dentro, estoy muy mojada; tu pene roza mi clítoris en esta posición, mis senos
se refriegan en tu pecho siento que me voy a regar en ti.
Me sientas sobre ti,
tomas mis manos y con tu fuerza me ayudas a ponerme de cuclillas para que
entres y salgas de mí, mientras subo y bajo a tu ritmo, siente como me riego
otra vez, y una vez más, como me encanta estar contigo, tapas mi boca para que
mis gritos no nos delaten.
Me pongo de
espaldas a ti con la intención de seguir montando ese corcel de pasión, pero me
empujas hasta ponerme en cuatro, imagino que deseas verme completamente abierta
para ti; agarras mi cabello y me penetras como un salvaje, mientras miras en el
espejo que tenemos junto al sofá como se refleja el va y ven de mis pechos, tus
gemidos me vuelven loca, con tus manos me agarras la cintura, sientes mi humedad,
quiero que te riegues dentro de mí, pero tu prefieres hacerlo en mi boca y como
decirte que no si me tienes atrapada en esta lujuria, te masturbas, que bien se
ve eso amor, que bello eres, me excita mucho mirarte hacerlo una y otra vez, mis
dedos exploran mi humedad, quiero terminar contigo, quiero que nos reguemos
juntos mi amor.
Sé que estás listo,
y te riegas en todo mi cuerpo, me embarras de tus fluidos y quedamos extasiados
de amor y de una pasión loca.
Rendidos nos quedamos
en el sofá cobijados por nuestros cuerpos, Morfeo nos aprisiona y ahora es
tiempo de amarnos en nuestros sueños, mientras transcurre la noche para
nuevamente despertar… junto a ti.