miércoles, 30 de marzo de 2016

ME RENDÍ BAJO LA LLUVIA


Era un día más, un día de esos en que la lluvia hace música en los techos de las casas vecinas, el smog de los autos desaparece con el suave contoneo de la precipitación, dando paso al dócil aroma de las flores, de la humedad, de ese café que calienta el cuerpo y espanta el frío a la vez… creo que lo mejor será poner a volar mi imaginación y escribir, siento esa necesidad súbitamente; me levanto de la cama, no quiero despertarte, estabas tan cansado, tienes puesta la mitad de tu ropa  pero aun así te ves perfecto, tu cuerpo me enloquece como cuando te vi por primera vez, no habrá mejor inspiración que saberte en mi cama.

Son tantas las ideas que tengo en la cabeza, quiero ordenarlas para empezar a escribir, pasa el tiempo entre divagaciones y, yo entretenida en el ruido de la lluvia, no he logrado escribir nada aún sin embargo mi mente ha volado por mil escenas aún inconexas y que no he plasmado en papel; por fin mis pensamientos han tomado rumbo, tomo una libreta y lápiz pues prefiero escribir a la antigua, las ideas fluyen cuando voy sintiendo tu presencia detrás de mí, ya siento tu mirada inquisitiva y lasciva a la vez y escucho tus pasos acercarse a mí. Traigo puesta una camisa tuya, esa que es tu favorita y que te acabo de quitar como trofeo de guerra antes de nuestro primer asalto pasional, conservo el liguero negro que te vuelve loco, y que traía debajo de mi falda al verte esta misma tarde, aún no olvido tu mirada recorriendo cada milímetro de mis piernas mientras te mordías los labios y te contenías las ganas locas de poseerme en pleno centro comercial, donde pactamos nuestro encuentro, luego escapamos juntos sin perder más tiempo, dando paso a nuestra pasión hasta hace unas horas.

Siento que ya estás detrás de mí, me susurras al oído mientras hueles mi perfume, como me encanta que lo hagas, besas el lóbulo de mi oído lo recorres con tu lengua, mientras me dices lo bien que huelo, lo mucho que te gusta mi aroma combinado con tu perfume en tu camisa, sé que te gusta mi Ángel o Demonio, ese aroma de Givenchi que lo uso para volverte loco por mí, me susurras lo mucho que te vuelve loco ver mi silueta sentada, verme de espaldas e imaginarme desnuda; voy sintiendo como rosa tu barba en mi piel, mis hombros son mi debilidad y tú lo sabes, mientras acaricias lentamente el canal de mi columna vertebral en un descenso lento pero a la vez arrollador, por lo que despiertas en mi interior, luego tus dedos rozan la tela de tu prenda de vestir para regresar a mi cuello pero recorriendo lentamente mi abdomen y el canal entre mis pechos, logrando que mi cuerpo se arquee hacia atrás en un intento desesperado y vano por alcanzar tus labios con los míos.

Masajeas mis hombros mientras tu camisa va cayendo de mi cuerpo, luego recorres con tu lengua mis hombros, sí que lo sabes hacer; me muerdes apenas besas mi hombro, tus caricias hacen que me vaya perdiendo en el tiempo, siento como empiezas a alterarte, voy recorriéndote con mis manos, tú me despojas completamente de la poca ropa que traigo, ahora puedes ver mi lencería transparente que revela todas mis formas, tal como te gusta; te tengo detrás de mí y voy sintiendo el calor de tu cuerpo, tus manos no dejan de recorrer cada rincón de mí, mientras disfrutas con tu mirada de como se han erguido mis pechos y los haces presos de tus caricias, de los suaves pellizcos de tus dedos en mis pezones y finalmente de esos mordiscos precisos y breves que hacen que de mi boca escapen pequeños gemidos.

No aguanto más y me doy la vuelta, mientras tus manos siguen aprisionando mis pechos, me quedo sentada y tú de pie frente a mí de tal modo que mi cara queda en el lugar preciso para lo que quiero hacer. Te quito el cinturón lo más lento que puedo, te abro el cierre suavemente… muero de deseo por hacerlo rápidamente pero quiero disfrutar cada momento contigo, cada segundo hacerlo eterno y que no se noten mis nervios ni mi urgencia por poseerte, torpemente tratamos de que tus pantalones caigan sin dejar de acariciarnos, voy bajando a besos por tu cuerpo, recorriendo tu abdomen, mientras tus ojos me dicen que puedes sentirme, te recorro con mis labios, con mi lengua, cada curva, cada entrada y salida de la perfecta carretera que para mis caricias es tu cuerpo.

Mientras mis besos te recorren , mis manos intentan sentir sobre tu bóxer como estás para mí y me dices que quieres explotar de pasión conmigo, acaricio tu virilidad, mmm… que bien estas y me dices que todo es mío, quiero probarte, quiero sentir con mis labios la erguidez de tu miembro, me lo voy comiendo de principio a fin, me encantas, mientras entras y sales de mi boca tu agarras mi cabello fuerte, lo recoges con tus manos y me empujas hacia ti, comienzo a sentir como tus fluidos quieren salir pero no es tiempo mi amor, haces lo que tanto me gusta y usas tu fuerza , me elevas mientras mis piernas rodean tu cintura, que húmeda me tienes vas entrando en mi dulce y salvajemente mientras llegamos al sofá.

Te encantan mis ligueros y con solo mirarlos como fiera salvaje comienzas a entrar y salir de mi con fuerza, tus manos sostienen las mías, mientras abro totalmente mis piernas para facilitar tu labor y sentirte muy profundamente dentro de mí, siento tu ritmo incrementarse y no quiero que termines aún, aunque intento zafarme para que pares no me dejas, tomas el control de todo, poco a poco me vas soltando, usas tus manos ahora para acariciar mis piernas mientras las contemplas y acaricias mi ligero con muchas delicadeza, de pronto quieres juguetear y vas desprendiéndote de mí, con tu lengua y tus dientes me quitas el liguero y las medias, te ayudas con tus manos mientras con tu boca llegas a mi humedad, siento tu lengua, tu barba rozando mi clítoris que me hace estallar en pequeños choques eléctricos que me recorren de punta a punta, y puedo notar como te estremeces cuando tu lengua me acaricia, en total compenetración con las reacciones que causas en mí y me haces gemir de placer.

Tu lengua y tus labios en mi clítoris y mis manos en tus sienes, soy tuya me has rendido ante tus caricias, te siento extasiado, me tienes loca de placer, me tienes perdida en ti, nuevamente te incorporas y acaricias mis piernas mientras las unes despacio y las pones sobre tus hombros, dejas el espacio necesario para entrar en mí, amor sientes como mi humedad te espera, como estoy ardiendo, sabes lo que me gusta, entras duro, salvaje, fuerte, te quiero todo dentro.

Vienes hacia mí, nos besamos mientras dejas caer tu cuerpo en el sofá ahora déjame montarte mientas tocas mis senos y miras como los tienes, me das de nalgadas mientras jineteo en ti, me llevas hacia tí y muerdes mis pechos, me sientes, conoces a la perfección todo lo que me gusta, con tus manos conduces mis movimientos ahora déjame recostarme sobre ti, sin que salgas de mi déjame moverme de arriba abajo sintiéndote dentro, estoy muy mojada; tu pene roza mi clítoris en esta posición, mis senos se refriegan en tu pecho siento que me voy a regar en ti.

Me sientas sobre ti, tomas mis manos y con tu fuerza me ayudas a ponerme de cuclillas para que entres y salgas de mí, mientras subo y bajo a tu ritmo, siente como me riego otra vez, y una vez más, como me encanta estar contigo, tapas mi boca para que mis gritos no nos delaten.

Me pongo de espaldas a ti con la intención de seguir montando ese corcel de pasión, pero me empujas hasta ponerme en cuatro, imagino que deseas verme completamente abierta para ti; agarras mi cabello y me penetras como un salvaje, mientras miras en el espejo que tenemos junto al sofá como se refleja el va y ven de mis pechos, tus gemidos me vuelven loca, con tus manos me agarras la cintura, sientes mi humedad, quiero que te riegues dentro de mí, pero tu prefieres hacerlo en mi boca y como decirte que no si me tienes atrapada en esta lujuria, te masturbas, que bien se ve eso amor, que bello eres, me excita mucho mirarte hacerlo una y otra vez, mis dedos exploran mi humedad, quiero terminar contigo, quiero que nos reguemos juntos mi amor.

Sé que estás listo, y te riegas en todo mi cuerpo, me embarras de tus fluidos y quedamos extasiados de amor y de una pasión loca.

Rendidos nos quedamos en el sofá cobijados por nuestros cuerpos, Morfeo nos aprisiona y ahora es tiempo de amarnos en nuestros sueños, mientras transcurre la noche para nuevamente despertar… junto a ti.

viernes, 18 de octubre de 2013

Dulce Coctél


Me habían invitado a un cóctel, podía tomar eso como uno más de los eventos de oficina, estaba cansada, había tenido una semana de mucho trabajo y viajes, pero mi jefe me había advertido que debía asistir a dicho compromiso que era muy importante para la empresa, eran las 6pm cuando llegué a casa, tomé un baño refrescante para tomar energías, salí de la ducha tomé la toalla, me cubrí con ella y al buscar mi ropa interior sentí algo extraño que me impulsaba a querer usar esa noche algo especial.
Tomé mi ropa interior de encaje negro muy seductor, usaría un vestido corto satinado que entallaba mi figura, debido al corte del vestido no podía usar brassiere, seleccioné sandalias negras de correas muy finas y un tacón alto, muy alto, y como accesorios una gargantilla y unos aretes pequeños, en fin; estaba lista, llamé un taxi con la intención de ir hacia mi destino, la mirada del taxista que con insistencia buscaba mis piernas por el retrovisor, me dejó saber que había escogido muy bien el atuendo, quería sentirme deslumbrante y esa mirada lujuriosa me revelaba que lo estaba.

Llegué al salón de uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, había tanta gente que pensé sería muy aburrido, pues no encontraría nadie conocido.
Me ubiqué en una mesa tome una copa de vino tinto y de pronto tuve esa sensación de que alguien me miraba, busque disimuladamente esos ojos que estaban sobre mi, y no me equivoqué ahí estaba él, aquel chico con quien en innumerables ocasiones habíamos compartido estos eventos, pero nunca cruzamos sino solo miradas.

Pero esta noche era distinto, no sé si fue el vino o quizás que al fin reunió fuerzas. Se fue acercando a mí, y mi corazón latía tan fuerte que parecía que se saldría de mi pecho, me sentía como una adolescente que estaba a punto de ser cortejada por aquel chico que tanto había esperado me hablara, iniciamos una conversación muy formal, una presentación muy cortés seguida de temas sobre viajes, destinos… en fin, era una charla profesional, anunciaron que hablaría el dueño de la empresa organizadora del evento, como había mucha gente Charly se paró detrás de mí para poder escuchar la exposición, sentir su respiración sobre mis hombros y su mano rodeando mi cintura, me puso a pensar tantas cosas que no puse atención a lo que decían y comenzó a volar mi imaginación, disimuladamente cubrí con mi cabello mis pechos, pues mis pezones empezaban a delatarme y, aun que me gustaba la sensación, todavía no podía dejar que se me note.
Aún no terminaba el evento cuando sin palabras Charly me tomó de la mano y salimos del salón, fuimos en busca de un rincón que nos permitiera dar rienda suelta a nuestros instintos.

Corrimos por el pasillo como huyendo de los ojos mirones que nos delataran, abrimos y cerramos puertas en busca de “nuestro lugar”,  de pronto entramos en un baño, y como si lo hubiésemos esperando mucho tiempo, nos devoramos a besos y caricias.
Sus manos inquietas, se abalanzaron sobre mis pechos, a pesar de mis esfuerzos él había notado la reacción que provocó en mi, sus dedos recorrían mi cuerpo una y otra vez, mientras yo lo correspondía con besos, besos en la boca, besos en el cuello, hasta que logre zafar su corbata, sacarle la chaqueta y dejarla caer al suelo, él bajó de mis hombros las tiras de mi vestido, puso sus manos en mi espalda y despacio bajo al cierre hasta lograr que mis pechos quedaran descubiertos, sentí sus manos jugueteando con ellos y me perdí del tiempo, él me tomó en sus brazos, para sentarme junto al lavamanos yo solo me dejé llevar, mi cuerpo se tumbó para atrás soportado por mis brazos, mis pechos desnudos, mis pezones erectos estaban siento víctimas de su boca, de sus manos, mmmm que sensación tan excitante!!, volví mi cuerpo hacia adelante, me bajé del mesón y mis manos abrieron su cinturón, bajaron el cierre de su pantalón y lo dejaron caer, sentí lo duro de su sexo, mientras él con sus manos jugueteaba con mi cabello, quité su bóxer para ver expuesta su virilidad, y mi boca quiso sentirla, sentía como mi lengua empezaba su rictus, aún dentro de mi boca y luego sobre todo su miembro, él tomó mi cabeza la llevó hacia si como deseando que no dejara de masturbarlo con mi boca, no sé cuánto tiempo pasaba ni tampoco me importaba, ahora estábamos perdidos en el éxtasis de una pasión alocada, me pidió que me pusiera de pie, me volvió a subir al mesón mientras levantaba mi vestido, me quitó delicadamente las pantaletas negras, sintió con sus dedos mi humedad, y comenzó a jugar en mi, sus dedos entraban y salían de mi mientras rozaba mi clítoris, y yo me perdía en el éxtasis de sus caricias, abrió mis piernas de tal modo que le diera comodidad para tomar su pene y acariciar mi vagina con él, hasta que entró en mi, los gemidos, eran mi muestra de placer, no fue nada complicada su penetración ya que me tenía tan lubricada que sentía arder mi sexo, Charly estaba tan duro, entraba y salía con fuerza de mi, y yo disfrutaba el vaivén de sus caderas, las que rodee con mis piernas como para no dejar que perdiera el ritmo de su penetración.

Finalmente lo empuje al piso, se acostó sobre su ropa mientras yo me sentaba sobre él y lo cabalgaba, dejándome perder en el placer, clavando lentamente mis uñas en su pecho hasta sentir como los estertores del orgasmo recorría mi cuerpo, entregado por completo al placer, al tiempo que el acariciaba mis senos y los apretaba mientras me pedía que me arrodille para recibir su descarga en mi pecho.
Lo miré extasiada mientras ríos de su esperma me cubrían los senos, los acariciaba ofreciéndoselos mientras mi mirada traviesa disfrutaba de sus gestos.

Nos aseamos como pudimos, nos acomodamos la ropa y al tomar mis pantaletas, me las arrebató y las guardó en el bolsillo de su chaqueta, haciéndome prometer que lo vería de nuevo, y que entonces me las devolvería, serían su rehén y recuerdo de una noche desenfrenada que ninguno de los dos queríamos que terminara… nos escabullimos del hotel, primero él y unos minutos más tarde yo, abordamos un taxi juntos y nos fuimos a su apartamento… lo que sucedió allá es algo que les contaré algún día, besos

domingo, 2 de junio de 2013

Tras un Largo Día


Luego de un cansado y feroz día en mis ocupaciones, resulta relajante tomar un baño de tina; y,  precisamente ese fue mi pensamiento mientras conducía camino a casa, acompañada por el incesante ruido propio de la urbe. Me distraje por un segundo con la mirada de un hombre en un auto detenido a mi lado en aquel semáforo, me recordaba a mi novio, la profundidad de su mirada conjugada con esa cara de deseo, luego reanude mi marcha.

Recordé que estaría sola, pues mi novio había salido de la ciudad por cosas de su trabajo, por tanto el plan completo para mi seria, el baño de tina, luego una película, algo para picar y a dormir.

Llegue a casa, guarde el auto y sin hacer paradas fui directo a mi habitación mientras en el camino iban quedando abandonadas todas las prendas de ropa que vestía, quería consentirme así que tome sales para mi baño, puse a llenar la tina, busque mi cd favorito, una copa de vino, velas aromáticas y listo, ahora solo faltaba sumergirme y disfrutar del ambiente creado.

Fue una hora muy relajante, "antesala a una noche en la que podía hacer lo que quisiera", pensé; así que salí del baño mientras me secaba para luego abandonar la toalla sobre alguna silla, fui hacia mi cama, tome mi crema y pensé que era momento de reconocer mi cuerpo, sentir mis propias caricias, encontrar aquellos puntos en los que la sensibilidad lleva al placer, debo reconocer en este punto que esa mirada lasciva movió algo en mí, esa expresión de deseo y ganas me hicieron sentir coqueta, sexy, deseable; pero me encontraba sola y necesitaba descansar, o al menos eso pensé.

Cerré los ojos y comencé a recorrer mi cuerpo lentamente bajo el pretexto de aplicarme la crema humectante que surcaba mi piel; acariciaba mis pechos, los masajeaba suavemente, con mis dedos sentía lo erguidos que estaban mis pezones, duros como una roca y rojos, estallando de placer, de deseo, los pellizcaba, mientras imaginaba que eran las manos de mi novio las que me tocaban, bajaba poco a poco para sentir mi vientre, mi ombligo, iba poco a poco reconociendo cada parte de mi, acariciando mi desnudez, disfrutando de mi piel, embriagándome en el aroma de mi piel combinada con el dulce olor de mi crema humectante; me fui poniendo húmeda, sentía mis entrañas latir mientras mis manos bajaban y mis dedos llegaron a explorar lo mas íntimo y sensible de mi, acariciaba mi clítoris, mis labios vaginales y disfrutaba de la humedad que sentía, mis piernas abiertas se tensaban y mi cuerpo dejándose explorar, estaba tan perdida en mis propias caricias, lanzando gemidos de placer, con los ojos cerrados para concentrarme en el éxtasis de mi propia exploración, en mi mente el cuerpo de mi amado, su voz en mis oídos susurrando mil cosas que me encendían más y más, estaba tan inmiscuida en mi tarea, que no me di cuenta que mi novio había llegado y estaba frente a la cama observándome, disfrutando el espectáculo y sobre todo encendiendo el fuego de su pasión que empezaba a hacer notoria su erección... De pronto sentí una boca besando suavemente los dedos de mi pies, sus dientes erosionando mi piel, enviando escalofríos que electrizaban mis piernas y provocaban un río de placer en mi vagina, si necesidad de abrir los ojos yo podía reconocer la dulzura de esos labios, la pasión de esas mordidas y la agitada respiración de Fernando que fue subiendo a besos por mis piernas mientras su manos las torneaban como si las modelaran, yo retozaba mi cuerpo en la sábana, mis manos seguían explorando los fluidos de mi interior a un ritmo frenético, el tenia su lengua jugueteando con mis firmes pezones, mientras la punta de sus dedos recorría mi espalda suavemente para enterrarse en un firme agarrón de mis nalgas, elevando mi pelvis, mi mano tomo su cabello, para presionar su cabeza sobre mi como obligándolo a morder mis pesones, sin soltarlo y sin abrir mis ojos sentí su respirar mas cerca, sus besos en mi cuello, una de sus manos abriendo mi vagina para que mi mano la pudiera tocar.

Ahora  quiero recorrer su cuerpo  mientras quito su camisa y tengo su profunda mirada sobre mi, muerdo su boca, siento su lengua dentro de la mía, mis manos abren su pantalón sienten lo duro de su miembro, no me puedo contener, voy bajando con mis besos, estoy de rodillas frente a el, tomo su miembro entre mis manos y lo dirijo a mi boca, Fernando toma mi cabeza y enreda mi cabello en sus manos empujándome hacia el, como obligándome a masturbarle con mi boca, escucho sus gemidos, siento su fuerza, y el latir de su miembro entre mis labios. Me pide que deje de hacerlo, me toma de las manos y me pone de pie, me empuja en la cama, abre mis piernas y entra en mi, lo hace con fuerza, lo siento duro, lo miro muy excitado, toma mis pechos fuertemente con sus manos, los golpea, gime, me gusta lo que hace, sin salir de mi posa su cuerpo sobre el mio y en un rápido movimiento quedo sobre el, y cabalgo a mi hombre, y lo siento entrar y salir de mi, el ahora golpea mis nalgas, luego toma mis caderas para dirigir el ritmo de mis movimientos a su gusto.

Fernando se sentó en el borde de la cama ligeramente recostado, yo me apoye en su pecho con los pies sobre la cama y las rodillas flexionadas provocando un movimiento de vaivén profundo y delicioso que nos estaba volviendo locos mientras el acariciaba mi pecho, mi clítoris y yo disfrutaba de su penetración profunda, de sus ocasionales mordidas al lóbulo de mis oídos y sus palabras que me excitaban hasta la locura.

Sin palabras, solo caricias, nos entregamos mutuamente a una pasión desenfrenada, nos amamos una y otra vez hasta quedar agotados de placer, los dos tendidos en la cama, empapados de fluidos de amor.

sábado, 19 de enero de 2013

Al Rayar El Alba

Mi corazón temblaba de emoción, como el de una niña cuando prepara una travesura, o el de una mujer que se prepara para una cita especial, escogiendo delicadamente cada detalle, cada arma de seducción que usaré en minutos, salí apresurada apenas al rayar el alba.

Yo tenía las llaves de su departamento sabía q hoy él estaba ahí y no me esperaría porq al ser viernes asumirá q yo estaría en mi oficina. Tenia muchas ganas de estar a su lado así q me decidí a darle una sorpresa.

Eran las 9 am estaba segura q él dormía aún, habia tenido una semana complicada de trabajo y necesitaba descansar, era el momento perfecto para sorprender a mi amor, salí de casa planeando lo especial que haría de este día.

Lleguè a su departamento haciendo el menor ruido posible abrí la puerta, todo estaba en silencio lo q me confirmaba que él dormía, entrè en la cocina, preparé un jugo de naranja, café, tostadas, piqué algo de fruta, adjunté jarabe de chocolate y puse todo en una bandeja, me quité el jean, la blusa y me quedé en ropa interior, yo traía puesto ese conjunto negro q a él tanto le gustaba, caminé hacia el dormitorio y vaya hermosa imagen q encontrè...

Él estaba desnudo, la mitad de su cuerpo envuelto en las azules sábanas de su cama, mi emoción disparo un suspiro y me fui acercando sutilmente, dejé la bandeja de lado y posé mis labios en su cuello, juguetaba con mi lengua en su oido, él reconoció mi boca abrió sus ojos, despacito se dió la vuelta me miró, me tomó en sus brazos y me recostó de su lado, sin palabras me entregó sus besos y caricias, lo detuve un momento para decirle q tenía su desayuno listo, mientras tomaba su fresco jugo de naranja me exploraba con su mirada, tomó el jarabe de chocolate y dijo... "mi mejor bocadillo de la mañana, eres tú " .... me recostó nuevamente en su cama me quitó la poca ropa q traía puesta y bañó mi cuerpo con el chocolate...

Que sensación tan inexplicable y deliciosa sentir sus labios, su lengua me electrizaba al tiempo que iba recorriendo mi cuerpo mientras sus manos me acariciaban al mismo ritmo de su boca, sutilmente fue quitando el chocolate que puso sobre mi, la gran excitación me había endurecido los pezones, sus manos juguetearon con ellos para luego morderlos y poco a poco sentí llegar sus dedos a explorar mi humedad, los ríos de placer desbordantes entre mis piernas, mis manos sintieron la dureza de su miembro, mi feminidad suplicaba ser poseida, en un vaiven de caricias disfrutaba del placer de escuchar sus gemidos mientras mi cuerpo se sacudía en un terremoto de placer carnal, incontrolable, indomable... increible, y en un movimiento con mezcla de tierno y violento abrió mis piernas y fue entrando en mi.

Al sentir su agitada respiración mientras entraba y salia, de mi tomando con sus manos mis caderas para moverlas al ritmo q él quería, hacía q mi humedad se escuchara con cada movimiento y él gimiera de placer... sentía que mi cuerpo le pertenecía, que era todo lo que había yo ansiado, que sin saberlo mi cuerpo ya conocía cada milímetro de su ser, sentía que no me poseía sino que me hacía recordar sensaciones que en otra vida me había enseñado y solo su piel encendía en mi piel.

Pegó su pecho al mío y en un sutil movimiento nos dimos vuelta en la cama y consiguió que yo ahora lo cabalgara suavemente mientras él no dejaba de jugar con mis senos, me tenía embriagada de placer, sin palabras solo con mirar sus ojos entendìa lo q él deseaba, me recosté sobre su pecho y sintiendo como su masculinidad erguida rosaba mi punto más sensible llegue a un orgasmo largo y lleno de humedad, pero él querìa uno más y otro màs y los conseguìa facilmente porque sabìa como llegar a ellos, sentir q yo regara mi máximo de placer en él logró que él me entregara sus fluidos de amor y entre gemidos y besos quedamos rendidos, envueltos en abrazos q hacían de nuestros cuerpos uno solo, mientras la cálida luz del sol entraba timidamente por la ventana, y me permitía ver sus ojos color de almendra, extasiados de placer... contemplándome.



jueves, 17 de mayo de 2012

Sometida


Son tantas noches las que hemos compartido, tantas veces  que nos hemos amado al amanecer contemplando las estrellas en algunas ocasiones, en otras simplemente olvidando el mundo exterior, o escuchando la lluvia tenuemente golpear el cristal empañado por el mar de nuestra pasión y siento que  hoy no será la excepción para recorrerte una vez más.
Un beso en el cuello, tus manos en mi cintura, tu cuerpo pegado al mio, tu respiración siguiendo el ritmo de la mía, tus manos acariciando mis piernas y con sutileza me dejas  sentir la tibieza de tu piel, esos juegos de miradas, gestos sin palabras, invitaciones tácitas que solamente tu y yo entendemos en nuestro lenguaje personal  y suavemente me vas abriendo y explorando, buscando encontrar el centro de mi humedad, mis manos te corresponden buscando la dureza de tu sexo, lo siento y no me puedo detener, necesito seguir con el juego de caricias para erguirlo.

Sé que esto será especial como cada encuentro, como cada entrega, tomas un poco de aceite para rosearlo en mis senos, ahora con leves caricias los recorres, los masajeas, los juntas, los distancias, tus dedos juegan con mis pezones, transitan cada milímetro mientras te responde mi respiración agitándose, te gusta cuando se ponen duros, los pellizcas suavemente y no puedes resistir morderlos, jugar con tu lengua en ellos, chuparlos, sentirlos, no paras ahí, el aceite desliza tus manos a mi vientre lo rozas, lo arrullas, lo disfrutas, lo besas; ahora  te detienes, tomas nuevamente el aceite y lo riegas en mis piernas, en mis pies, me haces presa de tus caricias, con las que me pierdo en el tiempo, y me vuelves tu esclava, abres con sutileza mis piernas tus dedos exploran la humedad del camino que te lleva a entrar en mi, y yo me siento rendida ante ti, ante tu juego, ante el roce de tu piel con cada parte de mi ser, me llevas al filo de la cama acomodas mi cuerpo a tu conveniencia, a tu altura, a tu deseo, a tu pasión, a tu urgencia, a la necesidad de arrancar la poca ropa que llevo y vas entrando en mi una y otra vez, mientras tus manos no dejan de recorrer mis caderas, tu placer se alimenta de mis gemidos, y yo te siento muy mío.
Vuelcas tu cuerpo sobre mi, aún sigues dentro, esta vez no me dejas devolverte el recorrido que hiciste en mi, apenas me dejas tocar tu cabello, buscar tus labios, prender mis uñas en tu espalda, posicionas tu pierna entre las mías y me penetras de costado, frotando tu muslo en mi parte más sensible, aprisionándome entre tu cuerpo, inmovilizándome a tu antojo mientras me acaricias, me abrazas.

Ahora tu te sientas en la cama y yo me siento en ti aprieto tu cintura con mis piernas, ondulando mis caderas para sentirte, lames mis senos, tomas con fuerza mi cabello, das palmadas en mis nalgas, te recuestas para que yo cabalgue en ti, pasan los minutos y nos seguimos amando, sintiendo, recorriendo, soy tuya te siento mi dueño, me has sometido a tus caricias, tus placeres, tus deseos, y me entrego, lo disfruto, te complazco, y entre el vaivén de mis caderas, la dureza de tu sexo y los fluidos de pasión, explotamos juntos en orgasmos que nos embriagan y nos unen en un amor que ha perdurado por años.

domingo, 1 de abril de 2012

Tus Celos

Tus dudas parten mi corazón,
que solo ha sabido quererte,
hacen que mi alma llore
con el temor de perderte,
al parecer no has comprendido
lo que significas para mi,
lo mucho que te quiero
y todo lo que haría por ti,
demostrarte que en mi vida tienes un gran valor
que ni naciendo de nuevo
te podré sacar de mi corazón.
Ábreme tu corazón
como yo he abierto el mío,
déjame entrar en tu sueños como cada noche
tu entras en los míos,
da libertad a tu alma
para que pueda junto a la mía descansar,
déjame ser tu refugio
si luego de un agitado día sientes que quieres escapar,
te estaré esperando para con mis brazos cobijarte
y sentir cerca de mi tu respirar,
para enseñarte que aunque el tiempo pase
jamás te dejaré de amar.

Te amo... pero No!

Quisiera escapar de todo,
detener el tiempo,
no haberme encontrado contigo de nuevo,
no porque no te quiera o te haya olvidado,
si no porque de mi corazón apartarte no he logrado,
porque lo que hace años no pudo tener su final feliz,
ahora intenta de los recuerdos e intensos encuentros vivir,
y aunque mi cuerpo, mi alma y mi corazón
griten tu nombre
yo ahora pertenezco a la vida de otro hombre.
                      
              He sentido el calor de tus caricias,
de tus besos en mis pechos,
de tu dulce voz en mi oído
diciéndome te quiero
he sentido como poco a poco
tu vas entrando en mi
y he disfrutando de ese instante
ser solo para ti,
de un mundo aparte los dos ser dueños
y amarnos sin final,
de mirándote a los ojos decirte
lo mucho que te deseo
lo inmensamente feliz que soy
entregándome a ti sin miedos,
sin tiempo y sin recelo.