jueves, 17 de mayo de 2012

Sometida


Son tantas noches las que hemos compartido, tantas veces  que nos hemos amado al amanecer contemplando las estrellas en algunas ocasiones, en otras simplemente olvidando el mundo exterior, o escuchando la lluvia tenuemente golpear el cristal empañado por el mar de nuestra pasión y siento que  hoy no será la excepción para recorrerte una vez más.
Un beso en el cuello, tus manos en mi cintura, tu cuerpo pegado al mio, tu respiración siguiendo el ritmo de la mía, tus manos acariciando mis piernas y con sutileza me dejas  sentir la tibieza de tu piel, esos juegos de miradas, gestos sin palabras, invitaciones tácitas que solamente tu y yo entendemos en nuestro lenguaje personal  y suavemente me vas abriendo y explorando, buscando encontrar el centro de mi humedad, mis manos te corresponden buscando la dureza de tu sexo, lo siento y no me puedo detener, necesito seguir con el juego de caricias para erguirlo.

Sé que esto será especial como cada encuentro, como cada entrega, tomas un poco de aceite para rosearlo en mis senos, ahora con leves caricias los recorres, los masajeas, los juntas, los distancias, tus dedos juegan con mis pezones, transitan cada milímetro mientras te responde mi respiración agitándose, te gusta cuando se ponen duros, los pellizcas suavemente y no puedes resistir morderlos, jugar con tu lengua en ellos, chuparlos, sentirlos, no paras ahí, el aceite desliza tus manos a mi vientre lo rozas, lo arrullas, lo disfrutas, lo besas; ahora  te detienes, tomas nuevamente el aceite y lo riegas en mis piernas, en mis pies, me haces presa de tus caricias, con las que me pierdo en el tiempo, y me vuelves tu esclava, abres con sutileza mis piernas tus dedos exploran la humedad del camino que te lleva a entrar en mi, y yo me siento rendida ante ti, ante tu juego, ante el roce de tu piel con cada parte de mi ser, me llevas al filo de la cama acomodas mi cuerpo a tu conveniencia, a tu altura, a tu deseo, a tu pasión, a tu urgencia, a la necesidad de arrancar la poca ropa que llevo y vas entrando en mi una y otra vez, mientras tus manos no dejan de recorrer mis caderas, tu placer se alimenta de mis gemidos, y yo te siento muy mío.
Vuelcas tu cuerpo sobre mi, aún sigues dentro, esta vez no me dejas devolverte el recorrido que hiciste en mi, apenas me dejas tocar tu cabello, buscar tus labios, prender mis uñas en tu espalda, posicionas tu pierna entre las mías y me penetras de costado, frotando tu muslo en mi parte más sensible, aprisionándome entre tu cuerpo, inmovilizándome a tu antojo mientras me acaricias, me abrazas.

Ahora tu te sientas en la cama y yo me siento en ti aprieto tu cintura con mis piernas, ondulando mis caderas para sentirte, lames mis senos, tomas con fuerza mi cabello, das palmadas en mis nalgas, te recuestas para que yo cabalgue en ti, pasan los minutos y nos seguimos amando, sintiendo, recorriendo, soy tuya te siento mi dueño, me has sometido a tus caricias, tus placeres, tus deseos, y me entrego, lo disfruto, te complazco, y entre el vaivén de mis caderas, la dureza de tu sexo y los fluidos de pasión, explotamos juntos en orgasmos que nos embriagan y nos unen en un amor que ha perdurado por años.

domingo, 1 de abril de 2012

Tus Celos

Tus dudas parten mi corazón,
que solo ha sabido quererte,
hacen que mi alma llore
con el temor de perderte,
al parecer no has comprendido
lo que significas para mi,
lo mucho que te quiero
y todo lo que haría por ti,
demostrarte que en mi vida tienes un gran valor
que ni naciendo de nuevo
te podré sacar de mi corazón.
Ábreme tu corazón
como yo he abierto el mío,
déjame entrar en tu sueños como cada noche
tu entras en los míos,
da libertad a tu alma
para que pueda junto a la mía descansar,
déjame ser tu refugio
si luego de un agitado día sientes que quieres escapar,
te estaré esperando para con mis brazos cobijarte
y sentir cerca de mi tu respirar,
para enseñarte que aunque el tiempo pase
jamás te dejaré de amar.

Te amo... pero No!

Quisiera escapar de todo,
detener el tiempo,
no haberme encontrado contigo de nuevo,
no porque no te quiera o te haya olvidado,
si no porque de mi corazón apartarte no he logrado,
porque lo que hace años no pudo tener su final feliz,
ahora intenta de los recuerdos e intensos encuentros vivir,
y aunque mi cuerpo, mi alma y mi corazón
griten tu nombre
yo ahora pertenezco a la vida de otro hombre.
                      
              He sentido el calor de tus caricias,
de tus besos en mis pechos,
de tu dulce voz en mi oído
diciéndome te quiero
he sentido como poco a poco
tu vas entrando en mi
y he disfrutando de ese instante
ser solo para ti,
de un mundo aparte los dos ser dueños
y amarnos sin final,
de mirándote a los ojos decirte
lo mucho que te deseo
lo inmensamente feliz que soy
entregándome a ti sin miedos,
sin tiempo y sin recelo.

Pensando en Ti

Quiero recorrer con mi lujuria cada parte de ti, 
acariciándote cada rincón de tu ser,
posando mi lengua sobre tus piernas
y llegar a tu sexo
excitarte hasta el punto que deposites
en mi boca tus deseos,
que vivamos juntos esa pasión
que devora nuestros cuerpos
 y ser victima una vez más
de un encendido y prohibido encuentro.


Extraño estar en tus brazos,
disfrutar de cada poro de tu piel,
beber el néctar de tus labios,
llenarnos toda la noche de placer!!!!!


Te Extraño


Soñé con tus caricias,
con tus besos
y tu desnudo cuerpo,
desperté deseando amarte
y en tus brazos encontrarme
para mis pasiones contigo desatar,
un orgasmo no es suficiente,
tu consigues en mi mucho mas,
tus manos me conocer y tu virilidad mas.

Será una larga noche pensando
en lo que puede aguantar un corazón herido,
en lo que la indiferencia puede lastimar,
en lo que un estúpido seguir la corriente puede terminar,
en saber que tan bueno es ser sincera al querer,
cuando no conoces bien a la victima de tu amor,
cuan ingenua se puede ser
aunque los años por una pasen,
y una se vuelva a enamorar
pero de hombre equivocarse.

 

Ilusiones

Anoche tus labios sabían a chocolate,
tu mirada profunda penetraba mi corazón,
tus dulces manos mi cuerpo tocaban
y con tu hermosa voz al oído me cantabas,
respiraba tu delicioso aroma,
sentía en mi tu virilidad,
 me tomaste entre tus brazos
y fui tuya una vez más.

Te he amado en sueños una vez más
 y me he dado cuenta que jamás
de mi vida te podré sacar,
eres parte importante de mi
aunque yo no lo haya sido  para ti,
te quiero tanto amor,
contigo yo era feliz
aunque tu no lo hayas entendido así,
ahora trato de mi vida seguir,
pero tengo en mi prendidos tus besos,
tus caricias y cada uno de los hermosos momentos vividos junto a ti
no creo poder sacarte de mi,
pero con solo tus recuerdos aprenderé a vivir.

 

Siento...

Siento tu aliento en mi cuello y mi cuerpo se estremece,
sabe que no pasará mucho tiempo para que me derrita en tus brazos
y de amor me llenes.

... Siento pronto tus caricias, me deleitas con tus manos,
y tu mirada tan profunda me dice te amo,
seré tuya una vez más, no importa el lugar del encuentro,
solo disfrutar juntos de tan maravilloso momento,
tu cuerpo se amolda al mío de manera tan perfecta
que retozando entre las sábanas se ven como una sola silueta.

Sueño que soy tuya y al despertar de mi lado te vas,
sueño con tus besos y al despertar tus labios no están,
y me doy cuenta que en realidad
solo en mis sueños te puedo encontrar
eres un amor prohibido????
o un amor que me ha olvidado????
existes en verdad???
o mi mente te ha creado???
y en mis sueños exploro tu cuerpo,
siento tu aroma y tus caricias,
disfruto tanto de esos encuentros
que quiero estar solo dormida.

Deseo Solitario


Que frío hace en esta habitación,
que me provoca estar en tus brazos,
encender juntos la llama que caliente nuestros cuerpos,
que nos haga estallar de placer
que me deje susurrarte al oído tiernas palabras y
de tus carnosos labios el néctar más dulce beber,
llama que nos enciende por dentro
y me hace perderme en tu profunda mirada,
mientras siento tus caricias y me envuelvo en tu cuerpo
que me hace amarte una y otra vez,
tratando de detener el tiempo
para no verte partir y quedarme sola de nuevo.

Tengo tu aroma prendido en mi piel,
y cada poro de mi cuerpo gritando tu nombre,
siento tus caricias moldeando mi cuerpo,
y lo duro de tu sexo de hombre,
tus labios besando mi cuello,
mientras mis manos te recorren,
juntos nos vamos encendiendo
y siendo presa de las pasiones,
quiero gritar con tus caricias
y vibrar con tus besos,
que tengamos juntos un orgasmo
de esos que nos llevan al cielo.

Quiero Amarte

Tengo tantas ganas de amarte, de recorrerte sin fin,
de respirar tu aire y perderme en ti,
quiero sentir tus besos, disfrutar de tus caricias,
quiero beber de tu cuerpo hasta extasiarme de pasión,
quiero sentir los sabores de tu piel embriagando mis labios,
quiero hacerte mío sin importar el donde ni el cuando,
quiero ser tu mujer una y otra vez,
hasta que juntos quedemos rendidos de placer.

Aunque aún me sueño contigo y descansando mi cuerpo en tus brazos,
aunque sienta tu voz y palabras endulzando mi oído,
sé que ya no estás a mi lado,
siento que mi corazón poco a poco te va dejando atrás,
con el tiempo serás solo un recuerdo y no estaremos juntos más,
sé que ya ni en sueños nos volveremos a encontrar.
tu mujer una y otra vez, hasta que juntos quedemos rendidos de placer…..

Quiero amarte, que me ames,
que no me dejes ir,
que me detengas a tu lado para muchos más años compartir,
seguir despertando junto a ti y tus caricias sentir en mi,
no quiero que de tu lado una día tu me dejes partir.

Un Amor Prohibido o el desate de un sentimiento escondido

Quien diría que en sus brazos loca de amor me volvería
Que mis instintos más bajos con él los desataría,
Que perdería el sentido del tiempo,
Cada vez que disfrutaba de su cuerpo

Lo vii por primera vez  en un sitio muy particular, nos presentaron y desde ese instante quedé cautivada por su forma peculiar de mirarme como si escudriñara mi alma, mi interior, traía puesto un traje negro, camisa blanca y una corbata azul, que hermosa imagen, elegancia, carisma y una sonrisa conjugados en una misma estampa que yo no olvidaría jamás.
No se si fue el destino o una hermosa casualidad verlo en aquel centro comercial, al que fui tan solo por matar el rato, el tiempo hizo que nos encontremos de nuevo y comenzamos a charlar, a compartir y descubrir afinidades, la química que desarrollamos hacia que le tenga una confianza enorme, de pronto yo estaba contándole mis más íntimos secretos, mis alegrías, mis logros y mis pesares y cuando estaba acongojada él siempre encontraba palabras dulces y ocurrentes para de mi tristeza sacarme, me podía pasar eternamente charlando con él, su compañía me hacia perder la noción del tiempo, era mi desahogo, mi confidente, el amigo perfecto.

Sin miedo le confesaba la existencia de mis amores indiscretos, le conté una historia y lejos de juzgarme me escuchaba y luego sus andanzas me confesaba nuestras charlas conjugaban risas, llantos y secretos compartidos, sin duda se había convertido en mi mejor amigo.

Cuando lo conocí gozaba de ser un hombre casado, nunca se cruzó por mi mente que entre los dos algo más allá de las confidencias y desahogos podía pasar, el tiempo siguió su paso; compartíamos nuestras cosas, nuestras historias, nuestras locuras… desarrollando aquella complicidad que nos permitía tener nuestros propios códigos, nuestras formas privadas de comunicarnos; un día me dijo que se había separado, que quería charlar con alguien que ahora entraba a una etapa de nuevo soltero, quería distraerse, me pidió que fuera a verlo, no pude negarme y acepté; aún con esa noticia mi mente, escapaba en imaginar lo que pasaría.

El, para mi ya era muy especial, por todo lo que habíamos compartido, una noche fue mi compañía durante un largo viaje, claro esto gracias a la tecnología que durante los últimos meses era el medio perfecto para mantenernos unidos, la luna, las estrellas iluminaban el cielo y con los parajes que adornaban el filo de la carretera se convertían en testigos de nuestra charla, y entre bromas y retos surgió la idea de vernos.

Yo pasaría dos días fuera de la ciudad, transcurría el tiempo y no podía esperar a tenerlo cerca, el corazón de manera diferente me latía, no importaba si era o no lo correcto, ni siquiera importaba lo que pasaría, solo poder estar cerca de él me llenaba de alegría, ahora cuando ya todo ha pasado, entiendo que era como el presagio de todo lo que para mí él significaría.

Sentí el tiempo pasar tan lento, pero por fin llegó el esperado día, era tanta mi ansía de ir a verlo, de abrazarlo, de besarlo, de estar a su lado, yo estaba dispuesta a olvidar el mundo que me rodeaba cuando lo tuviera cerca, parecía una adolescente en su primera cita, una emoción inexplicable y a la vez el temor de que él no llegara a encontrarme.

Al bajar del avión sentí el viento rozar mi cara, suaves olores llegaban a mi, no se de donde provenían solo sé que me hacían sentir segura, en una atmosfera especial, desperté de ese breve sueño, manteniendo la emoción de que estaba a minutos de tenerlo cerca, de correr a sus brazos, de que él sienta el calor de mi cariño, que mi presencia sea su calma; y también en el fondo quería ver al hombre que me resultaba tan atractivo, tan encantador, era el momento de enfrentar a mis deseos y a lo que todos pueden decir no era lo correcto, pero pudo más la necesidad de ese abrazo, del calor de aquel hombre que se había convertido en mi remanso, había disfrutado de su lejana compañía, que no me podía escapar a vivir su cercanía.

Salí hacia la ruidosa calle, llena de sensaciones inexplicables, perdí el sentido del tiempo y solo esperaba que él llegue a mi encuentro.

Estaba ahí esperando por mi, subí a su auto y me sentí como aquella joven que se encuentra con su novio a escondidas y no sabe como actuar ni que decir, lo tenía tan cerca como quizá muchas veces lo deseé pero me negaba a decirlo porque no era correcto verlo como algo más que un amigo.

Nos dirigimos a un restaurante, muy discreto, solicitamos una mesa y un par de bebidas, nos fuimos relajando y platicando de como se dieron las cosas, me tomó de la mano y con ese tierno gesto sentí un deseo que invadía mi piel, mi intuición explotaba y me decía que el sentía el mismo deseo que yo quise callar, que quise contener.

Lo miré fijamente y esa mirada transmitió tanto, que él lo comprendió, salimos inmediatamente y sin palabras sabíamos a donde llegar, y en ese lugar donde los amantes dan rienda suelta a sus deseos fuimos dos más de ellos, al sentir sus besos y caricias me envolví en los deseos de ser suya y aquella noche me sentí más mujer que nunca.

Lo tenía frente a mi, tan hermoso, tan perfecto, con la libertad de recorrer cada espacio de su cuerpo y dejarme llevar por sus deseos, sin limitaciones, sin remordimientos ni culpas, justo como varias noches a solas lo había imaginado cuando mis manos recorrían mi cuerpo y mi mente se convencía que eran las suyas, pero hoy era real, él estaba frente a mi y manoseaba mis pechos mientras con su boca recorría mi cuello, yo sentía su masculinidad erguida mientras llena de excitación me humedecía y mi lengua ansiosa buscaba la suya, empezó a quitarme la ropa y yo a él sin dejar de besarnos, desnudos me tomó con fuerza y me elevo, mis piernas rodearon su cintura y sentí como entraba en mi, la humedad que yo tenía en mi lo facilitaba, empezamos la batalla de la entrega carnal, camino hacia la cama donde retozamos nuestros cuerpos entre las sábanas, bebí sus manjares y quede extasiada, era tan hermoso, tan bello y dentro de mi lo disfrutaba.

Salí hacia la ruidosa calle, llena de sensaciones inexplicables, perdí el sentido del tiempo y solo esperaba que él llegue a mi encuentro.

Sentir su tibio aliento, su respirar cerca de mi, erizaba mi piel, sus manos y su boca eran instrumentos sensitivos capaz de agasajar mis mas bajos instintos fui suya aquella noche, él me llenó de placer y se prendió profundamente en todo mi ser, no solo me hizo el amor, también se robo parte de mi corazón.

La vida tenía que seguir, sabíamos que aunque ahora tuvimos ese momento de placer, no estábamos destinados a más que ser cómplices lejanos, él por su lado y yo por el mío, pero el encanto de aquella noche permitió más encuentros furtivos.

Habíamos encontrado el lugar perfecto, me escapaba algunas noches para ser parte de sus deseos, entre vino y frutas se conjugaban nuestros cuerpos y nos amábamos tanto aunque fuera corto el momento.

Tenía que poner los pies sobre la tierra y asimilar la realidad, esto un día tendría que terminar, él encontraría a la mujer con quien su vida compartiría, y yo me tendría que apartar, era duro aceptar la idea pero yo nada podía hacer pues yo no le podía ofrecer más que un amor camuflado y momentos de placer.

Me enamoré locamente de ese hombre maravilloso, me propuse disfrutar al máximo cada momento a su lado, mientras nuestros destinos no tengan que ser separados.

Nuestros cuerpos se amoldaban perfectamente, mis deseos más escondidos por el eran complacidos, disfrutaba de sus caricias, sus besos y sus mimos, tenerlo desnudo a mi lado era un placer divino, me encantaba recorrer su cuerpo con mi boca y con mis besos, besar su masculinidad mientras el acariciaba mi cabello.

No importa si era la ducha, una tina de baño, o una cama, todo lugar era perfecto para moldear con caricias nuestros cuerpos, cabalgaba en su desnudez, me sometía a sus deseos, disfrutaba de ser su mujer y beber las mieles de su cuerpo.

Pasaba el tiempo y feliz me sentía viviendo con él mis fantasías y dormía extasiada de amor en sus brazos sin pensar que esto un día terminaría.

Un día, tras una larga ausencia, me dio la noticia que había estado saliendo con alguien, que todo iba bien y a vivir con ella se mudaría, mi corazón quedó destrozado y decidí apartarme de su lado, aquella historia de dos amantes a su fin había llegado, no podía exigir yo nada, porque no tenía mas que brindar y el amor que yo le tenía, deseaba que el tuviera una vida de mucha felicidad.

Pasó el tiempo y decidí guardar nuestros momentos juntos como un hermoso recuerdo, él sería para siempre el hombre que ame en secreto, que me hizo feliz en cada encuentro, el que por instantes era dueño de mi cuerpo, mi ser y mis pensamientos.



Mi deseo pudo más que la mesura de mi corazón y regresé a sus brazos para seguir a escondidas disfrutando de su amor, nuestros encuentros son más distantes en tiempo, pero no han dejado de ser como el cumplimiento de los más hermosos y eróticos sueños.

Se que un día esta historia podría terminar, que ese maravilloso hombre se aparte de mi lado y aunque el corazón me duele al pensarlo, he tomado una decisión la de entregarle a él por completo mi alma, mi cuerpo y mi corazón mientras su deseo por mi siga despierto y yo pueda amarlo, recorrer su cuerpo y su alma, complacernos y ser felices cuando estamos juntos aunque sea solo por momentos y con distantes encuentros. 

No me importa si alguien critica el amor que por él siento, yo quiero ser feliz y amarlo mientras me permita el tiempo.

Si supieras...


..... Si supieras cuantas veces he soñado con amarte,
con sentir tu respirar sobre mi pecho,
mis manos recorriendote
y tus caricias conociendo mi piel.....

...Si supieras que mi boca quiere beber de tus besos,
que mis manos quieren conocer tu cuerpo,
que mi sexo te quiere dentro de él....

...Si supieras que el deseo que siento por ti,
está recorriendo mi ser,
tomarías camino a un encuentro apasionado conmigo?,
o estarías huyendo a donde no te encuentren mis latidos?,
la verdad no sé...

...Y pregunta mi corazón si solo es deseo
y le respondo de inmediato que no,
que es un complemento a mi amor,
aquel amor que en mi nació
aún perteneciendo tú y yo a otro corazón...

...Y quizá todo queda en sueño
o como un simple deseo,
la verdad es que eso no importa,
lo que hoy quise decir

es que tú existencia mi ser alborota
y aunque tu vida y la mía estén por distintos senderos,
en sueños mi amor será un amor eterno
y te encontraré cada noche para amarte
en ese lugar donde solo entran los deseos....

Huellas en mi cama

Han quedado las huellas de nuestro amor en mi cama.
ha quedado mi cuerpo prendido de tu aroma,
aun siento cada una de tus caricias, tu presencia se siente en mi alcoba.
Has desatado mis pasiones, explorando mi cuerpo con tus besos
cierro los ojos y siento como exploras mi humedad con tus dedos
mis manos recorren tu cuerpo hasta llegar a tu virilidad,
nuestra respiración se acelera, nuestros cuerpos se funden en uno solo,
nos perdemos en gemidos, caricias y movimientos desenfrenados.

Nos olvidamos del mundo, del tiempo, nos amamos sin pudores, sin prejuicios,
sin restricciones, nuestros cuerpos se moldean, se conocen, se disfrutan,
clavas en mi tu sexo y mi piel se cubre de tus caricias libidinosas,
que explotan mis placeres y te riegan de amor,
eres mio, estas dentro de mi,
siento como explotas de placer
y juntos tenemos un orgasmo embriagador,
que nos pierde en la lujuria de un encuentro furtivo
un encuentro de esos que alimentan nuestro amor prohibido.

Un amor herido por la muerte

Lo conocí en una cafetería en el centro de la ciudad, uno de esos lugares donde se encierran muchas historias, donde las paredes son testigos de amores, traiciones, alegrías y llantos.
Era una de esas tardes donde la nostalgia me llevó a huir de mi rutina y que mejor que disfrutar de ese escape con un buen café, un cigarrillo y por supuesto un chocolate.

El aroma del café recién pasado, me llevó a perderme del tiempo, mi mente estaba dispersa en recuerdos, nadie se atrevía a despertarme de lo que parecía un sueño con ojos abiertos, Sebastián el mesero del lugar me había visto ya en otras ocasiones por mi mente divagar, llenaba otra vez mi tasa de café y me dejaba otro chocolate sin interrumpir mi estado de aparente relajación o quizá delirio.

La cafetería estaba llena, solo en mi mesa quedaba un lugar, salí del encierro de mis recuerdos cuando escuche una gruesa voz pedirme permiso para compartir mi espacio, alcé la mirada y unos penetrantes ojos negros se cruzaron con los míos, no había razón para negarme al pedido de aquel caballero así que acepte.

Sebastián trajo un café para mi desconocido “acompañante” y me sonrío en gratitud por haber aceptado compartir mi mesa, un bolero de antaño amenizaba el ambiente y nosotros por un instante compartíamos el silencio, una breve mirada dio paso a romper el hielo. – “Disculpe si le interrumpo” dijo, - todo está bien ya era hora de salir de mi letargo respondí.

- Quiero tomar fuerzas para seguir con mi vida y necesitaba escapar de mi mundo por un instante y nada mejor para ello que este lugar y un buen café, y ahora la dicha de su casual compañía.

- Yo sonreí en respuesta a su cortesía.

Aquel caballero tenía unos 25 años una mirada profunda y tierna pero llena de tristeza, su nombre era Nicolás y yo estaba a punto de conocer su historia.

Y así comenzó…

- Espero que no le moleste, y sepa comprenderme, me da la impresión que Usted es una persona que le gusta escuchar y yo no tengo alguien con quien hablar, además siempre he creído que el anonimato da la libertad de contar a un desconocido su historia, sin ser juzgado por eso.

Asentí por que esa introducción logró despertar mi interés, y de algún modo quería conocer la causa de sus penas. Prosiguió:

Conocí a Susana 2 años atrás cuando juntos íbamos a la Universidad, fue una tarde llena de lluvia cuando la vi por primera vez, estaba con mis amigos en el bar de la facultad y de pronto entre risas y relajo mi mirada quedó prendida en su imagen, para mi era una diosa, tenía una sonrisa que iluminaba el mundo, una mirada capaz de estremecer el corazón más duro, unos carnosos labios rojos, su piel era del color del amanecer, su figura lejos de ser muy estilizada para mi era perfecta.

El relato salía de su corazón que yo no me atreví a interrumpirlo, solo pensaba en escuchar su relato para tratar de entender el porqué de su tristeza.

Nicolás siguió con su historia. – No tuve el valor para acercarme ese día a ella, esperé unas semanas para tomar la iniciativa, hasta que llegó el momento, era Viernes habían terminado las clases y el que menos tenía planes para salir a farrear, me acerqué a ella, y le invité a salir esa noche, temía claro que al no conocerme ella podía decir que no y hasta ofenderse por mi intención, pero decidí correr el riesgo y para mi dicha ella aceptó, fuimos hasta mi coche y venimos a este lugar, precisamente a esta mesa.

Hablamos largo rato, nos sentíamos tan a gusto el uno con el otro que no sentimos pasar el tiempo, luego de esa noche comenzamos a salir con frecuencia y a los 4 meses de amigos decidimos ser pareja, ya con la confianza de querer seguir explorando nuestras vidas fuimos poco a poco más allá… como olvidar aquel día que fue mía por primera vez, cuando luego de una romántica velada los besos y caricias se tornaron mas atrevidos que nunca, yo recorría su cuerpo con mis manos cual escultor con su arte, ella con sus caricias encendía mi interior y se aceleraban mis latidos, comencé a quitarle la ropa, desabotonaba su blusa y veía la perfección de sus pechos, me perdía en el tiempo y una intensa pasión invadía todo mi ser, ella era perfecta, fue tan mágico mirarla desnuda que sentir su suave piel hizo que me perdiera en su cuerpo.

Los días transcurrían y nuestros encuentros carnales era cada vez más candentes, nuestro amor nos encendía pero la pasión nos devoraba y juntos nos alimentábamos de nuestros cuerpos.

Decidimos entregarnos a la aventura de vivir juntos rentamos un departamento pequeño y lo llenamos de muebles e ilusiones, nuestros días transcurrían entre nuestros trabajos, la universidad y nuestro amor, éramos tan felices que nuestro mundo era de colores.

Amarla para mi era entrar en un sueño del cual nunca quería despertar, su mirada profunda me atrapaba y sus carnosos labios me sometían a sus besos, sus pechos eran firmes cual dos montañas vírgenes esperando que mis manos y mi boca los exploren por cada rincón, su vientre era tan suave que mis manos temían romper su delicadeza con las caricias, poco a poco descendía por su cuerpo y al sentir su humedad  mi sexo se encendía y  entraba en ella para sumir nuestros cuerpos en un acople perfecto de amor.

Llegar a casa para mi era el momento más esperado del día, pues encontraría en ella a mi mujer, mi compañera, mi amiga, mi amante, el complemento perfecto de mi vida.

Era tan feliz que decidí que era el momento de pedirle que sea mi esposa, de decirle que deseaba con todo el ser que compartiera junto a mí toda la vida…

Llegué a casa con mi corazón latiendo más fuerte y rápido que nunca por la emoción de mi propuesta.

Me pareció extraño que al llegar Susana no me recibiera, habíamos hablado una hora atrás y ella me confirmó que estaba en casa, fui hasta la recamara esperando encontrarla allí y la miré dormida, me acerqué a despertarla con un beso, pero ella estaba fría, pálida y mi beso no la inmutaba, la llamé por su nombre pero no respondía, yo no lograba entender lo que estaba sucediendo, la moví tratando de que reaccionara pero no lo conseguí, me acerque aún más a ella y quedé destrozado por el dolor, Susana no respiraba, desesperado le di masajes en el pecho, respiración de boca a boca esperando que respondiera, pero era demasiado tarde ella había muerto, llamé una ambulancia y mientras llegaba yo no podía dejar de gritar su nombre e implorar que despertara, llegaron los paramédicos y solo confirmaron que se había ido, me había dejado solo con este amor latiendo en el pecho, tuvieron que arrancar su cuerpo de mis manos no me resignaba al dolor de haberla perdido.

Han pasado ya 6 meses del día en que Susana me dejó y aún me encuentro sumido en su recuerdo, en su amor, en su cuerpo, vengo cada viernes a este lugar para sentir su presencia y la dulzura de nuestro primer encuentro.

No se si un día pueda olvidarla o el dolor se guarde en un rincón de mi corazón solo sé que Susana con ella se llevó parte de mi vida, de mi ser y de mi amor.